Un propietario condenado obligó a un activista de Greenpeace, lesbianas ardientes follando que lo condenó, a explotar en su coño
Descripción:
En el sótano de este edificio de apartamentos de cinco pisos, desde hace varios meses, una empresa privada ha estado almacenando pesticidas peligrosos en grandes bolsas de plástico y barriles. Ese horror fue descubierto accidentalmente esta tarde por un joven activista de Greenpeace. La niña responsable denunció de inmediato al propietario a la policía, así como al Ayuntamiento del departamento de medio ambiente. El castigado dueño del edificio, furioso por el Calor Blanco, imaginó mentalmente que soplaría su lengua en el coño de esta perra. Sin embargo, al darse cuenta de que nunca llevaría a cabo lesbianas ardientes follando su plan, el hombre simplemente contrató a una prostituta para la noche, obligándola a vestirse con algo sexy, pero aún verde.
Etiquetas:
lesbianas ardientes follando